WAGOKORO

Una pareja de restauradores de cocina japonesa decide alejarse del bullicio de la ciudad y se dirige hacia un pequeño pueblo en el Pallars Sobirà, a orillas del río Noguera Pallaresa, donde el tiempo parece detenerse.

El proyecto implica la restauración y transformación de una finca de cuatro plantas, excavada en la montaña y datada de 1650, en un espacio de vida y restauración.

En la intervención, se respeta al máximo la arquitectura original, eliminando elementos prescindibles y conservando paredes, marcos y puertas, para mantener su carácter auténtico en contraste con la nueva intervención.

Los materiales se aplican de manera uniforme en todas las estancias para crear una atmósfera homogénea, siguiendo un mismo criterio. En el restaurante, se instala una barra baja para doce comensales, donde podrán observar la elaboración minuciosa de los platos por parte del chef. La barra y la zona de cocina se revisten con piedra negra, lo que crea un contraste con la madera de pino de las mesas.

Además de una mesa interior, se propone una mesa especial para dos personas en el balcón, con vistas al puente árabe que cruza el río.

En el techo, se ha creado una trama abierta de listones de pino que revela las vigas originales entrecruzadas y los revoltones de mortero. Todo se pinta de blanco para que la malla de madera se perciba como un elemento suspendido que equilibra la altura del techo y ordena las paredes de ángulos perdidos.