El cliente establece como punto de partida que todo el espacio debe ser tratado en blanco y negro. En respuesta, el proyecto se define por líneas sobrias y el uso de materiales nobles y naturales, para contrastar con la propuesta solicitada.
Las estancias se conectan entre sí mediante puertas correderas que funcionan como una celosía hecha de listones de nogal macizo oscurecido. Esto permite vislumbrar las estancias entre sí, manteniendo el punto justo de privacidad, y generar grandes espacios abiertos como núcleos más íntimos. El techo de la sala de estar se recubre con una piel de madera oscura que, combinada con la iluminación regulable de temperatura cálida, crea un ambiente acogedor y envolvente. Esta solución estilísticamente es posible debido a la intensa luz natural que entra por los grandes ventanales y a las generosas dimensiones de la sala, que permiten generar volumetrías de tono y dimensión extraordinarios.
En cuanto a la distribución de la casa, se ha tenido en cuenta la voluntad de los clientes y se ha evitado la creación de pasillos innecesarios. Los espacios se transforman constantemente para crear estancias de gran formato que combinan sala de estar, cocina, comedor y despacho, o se pueden fragmentar según el ambiente deseado. Las paredes y puertas de cristal de los baños también contribuyen a generar una sensación de profundidad en los pasillos hacia los dormitorios, y permiten además la entrada de luz natural desde estos últimos.
La iluminación regulable, las cortinas orientables y la acústica de las estancias son elementos invisibles pero fundamentales en todo el proyecto, y actúan como elementos de confort imprescindibles.