Iniciar este proyecto fue como desentrañar un tesoro de bombones en medio de un juego de Tetris, una amalgama de desafíos que exigían encajar cada pieza con precisión en un espacio reducido, sin dejar fuera ni un ápice del programa establecido. En el corazón de Barcelona, la Pastelería CANAL, bajo la tutela del maestro pastelero Xavier Canal y su hermana Mercè Canal, ha sido el epicentro de esta empresa que ha florecido durante más de medio siglo. Con más de 50 años de experiencia, los hermanos Canal no solo han desarrollado una maestría innegable en su oficio, sino que también han consolidado una visión clara de lo que aspiran a lograr; solo les falta imprimirle su sello distintivo al espacio.
La apuesta por la versatilidad se manifiesta a través de estantes de diversas dimensiones, concebidos estratégicamente para albergar los encargos incluso en los momentos de mayor afluencia, como las festividades puntuales que colapsan la pastelería. Esta adaptabilidad es la esencia que permite a la Pastelería CANAL fluir sin contratiempos, asegurando siempre la disponibilidad de sus exquisitos productos.
La presencia de una nevera horizontal, que serpentea por todo el establecimiento, no solo cumple su función práctica de conservar los pasteles en condiciones óptimas, sino que también actúa como una vitrina de joyería, exhibiendo con elegancia cada obra maestra azucarada. Este toque artístico no solo resalta la calidad de los productos, sino que también añade un elemento visual atractivo para los clientes.
El color chocolate impregna cada rincón de la pastelería, creando una paleta cálida y acogedora. Este tono, en contraste con un dorado sutil y nada presuntuoso que adorna las paredes, genera un ritmo asimétrico que se convierte en un lienzo de fondo perfecto para destacar cada producto. La elección de estos colores no solo es estética, sino que también evoca la esencia misma de la pastelería: un lugar donde los placeres dulces encuentran su hogar.
En definitiva, la colaboración con los hermanos Canal ha sido un ejercicio simbiótico y divertido. La Pastelería CANAL se erige no solo como un lugar de deleite para los amantes de los postres, sino como una obra de arte en constante evolución. La confianza depositada por Xavier y Mercè Canal en nuestra creatividad ha sido fundamental para lograr una integración armoniosa entre el diseño del espacio y la esencia única de la pastelería. En este Tetris de delicias, cada pieza encaja perfectamente, creando un ambiente donde los sabores exquisitos y el arte se fusionan en una experiencia gastronómica inolvidable.
Salutacions,
Kiko Solsona
